//Reseña de: Fayerwayer
SIN SPOILERS (excepto donde se advierta). Ha sucedido. Aún intentamos procesarlo. El final de Game of Thronesacaba de ser liberado por HBO. El escenario era extraordinariamente complejo.
Todo apuntaba desde hace semanas a que podría haber muchos fans frustrados con cualquiera de los desenlaces posibles. Sobre todo luego de la ejecución y resolución de momentos prometidos que pintaban para ser cruciales, pero que luego de vivirlos se sintieron apresurados.
Sin embargo, ahora ha llegado el momento inevitable de barrer con todas las teorías y conexiones. Los creadores de este show han mostrado sus cartas y nos presentaron el final de Game of Thrones. Para bien o para mal.
Adiós Westeros (¿o no?)
Game of Thrones se hizo de un culto brutal por razones excepcionales que vinieron a cambiar la forma de ver y vivir las series de televisión en su momento.
Con unas reglas de juego únicas, y una determinación absoluta a romper varios convencionalismos del género. Fuimos testigos durante cinco (tal vez seis) temporadas gloriosas de un caso ejemplar de desarrollo de trama y personajes.
Donde todo tomaba su peculiar y lento ritmo con la garantía absoluta de que no había garantías. Los héroes podían morir, los villanos podían ganar. Y aún así todo sería sensacionalmente satisfactorio, sexual e hiperviolento.
Era un festín difícil de negar. George RR Martin había creado un mundo único en su tipo dentro de su saga de libros. Con la Canción de Hielo y Fuego. Pero cuando se acabó el material original todo comenzó a ponerse realmente complicado.
La octava temporada de Game of Thrones prometía una celebración de seis semanas llena de emociones duras, giros dramáticos brutales y muertes al por mayor. Pero conforme avanzó cada episodio las expectativas fueron cambiando. Algunos hasta dejaron que llegar a la ira.
Ahora con este final más un fanático se declarará divorciado de esta franquicia. Porque simple y sencillamente podrían considerar el final de Game of Thrones como una tomada de pelo.
Pero hay algunos detalles poéticos y rescatables en todo esto.
Aquí vienen los SPOILERS: a veces el deber es la muerte del amor
Muchos de nuestros personajes favoritos sobrevivieron para el último episodio de Game of Thrones. Algo que pocos consideraron que podría suceder. Dados los antecedentes de la serie. Pero en su cierre se pusieron algo convencionales y hasta complacientes.
David Benioff y D.B Weiss, responsables (o culpables) máximos de este última etapa, se encargaron de escribir y dirigir el episodio final de Game of Thrones que llega apenas a los 78 minutos.
El drama inició desde el primer segundo con el recuento de los daños tras la locura piromaniaca de Daenerys.
Ver a Tyrion Lannister cargado de culpa caminando por los restos del palacio fue la antesala de un capítulo que nos remitió por momentos a los buenos viejos tiempos de esta saga.
Jon Snow por fin comenzó a tomar el papel que se le exigió desde el principio gracias a una intensa y redentora escena entre él y Tyrion.
Sobre la mitad del episodio recordaron por fin cuál era el nombre de la serie y nos regalaron una intensa y legendaria escena con el trono; que será recordada como tal vez la más memorable del episodio.
Ese fue el punto climático. Ese fue el final real que dejará a muchos con un extraño sabor de boca. Sobre todo poro lo que sucedió a continuación.
Ya que a partir de ahí Game of Thrones se dedicó a atar cabos como pudo. Con un final feel good, relativamente feliz, complaciente y hasta predecible para las casas de apuestas.
Fue el final de un recorrido que inició como una montaña rusa y terminó como un carrusel. Aún así es difícil estar molesto por la sensación que nos deja.
Porque sí. El desenlace de Game of Thrones es innegablemente emocionante; y hasta digno.
Particularmente con esa escena meta que conecta con la obra de George RR Martin.
Se necesita estar muy molesto con el mundo para odiar este cierre.
AQUÍ TERMINAN LOS SPOILERS.
Tuvimos el privilegio de vivir en tiempo real una de las series más extraordinarias de los últimos tiempos. El ritmo que mantuvo su calidad será un tema de debate tan largo e intenso como esos últimos minutos de su final.
Pero es una obra de ficción con la que millones estuvimos conectamos. Una producción que nos demostró que se podía llegar más lejos y volver atractivo un formato que muchos consideraban medio muerto.
Fue un tema de conversación entrañable cada lunes por la mañana con nuestros amigos y compañeros.
Y en verdad vamos a extrañar a eso.
Vuela alto Game of Thrones.
Jamás regreses.
//Fuente: Fayerwayer